Ritual de iniciación

La palabra ‘ritual’ asombra al oído, suele incitar a la imaginación a crear impactantes escenas como de película; sacrificios, invocaciones complejas, altares elaborados con artilugios exóticos, brujos encapuchados cantando en lenguas muertas alrededor del fuego de donde se desprendió algún genio elemental. Sin embargo, la verdad es más terrenal que el saber popular. Los rituales no son más que conjuntos de actos encadenados, conscientes o inconscientes, que se realizan día a día, sean o no sean para cosas específicas. Podría decirse que un ritual es una rutina, pues sigue cierto patrón. Lamentablemente, la mayoría de la gente se deja consumir por estas rutinas creadas para establecer control sobre la humanidad. El reto es adquirir conciencia y reflexionar acerca de ellas. Una vez hecho esto, se podrá modificarlas poco a poco y empezar a crear rituales propios que se adapten cómodamente a las necesidades de uno. Siempre debemos buscar la manera de imponer nuestra voluntad sobre el rumbo de nuestras vidas. Por lo tanto, todo ritual, por más trivial que parezca, debe llevarnos a una meta que deseamos alcanzar.

            En Viaje a Ixtlán de Carlos Castaneda, el sabio Don Juan dice que un buen cazador conoce las rutinas de su presa. Da a entender que si uno tiene rutinas fijas, será presa fácil. En cambio, la ventaja del cazador está en no poseer ninguna. Menciona que para ser cazador y convertirte en alguien impredecible, debes romper las rutinas de tu vida. Tener horarios establecidos para todo; almuerzo, estudio, dormir, etcétera, nos convierte en máquinas predecibles que fueron entrenadas para trabajar con una señal. Por otra parte, el cazador experto idea sus planes con mucha paciencia, pero sabe llevarlos a cabo rápidamente y nunca de la misma forma o en el mismo lugar.

            Entiendo que hay rutinas que parecen imposibles de alterar, por ejemplo las del empleo o las de la escuela, pero se puede empezar cambiando las más sencillas y cada vez más irse liberando de lo que causa disgusto, aprendiendo a reemplazarlo por el placer. Por eso la mejor opción siempre será dedicarte a tus pasiones. No hay nada como enfocarte en lo que realmente anhelas. La energía se debe utilizar para eso y no para perder el tiempo en inutilidades. Exceptuando las horas de clase en la universidad o las de danza, yo no tengo horarios, en mi libreta sólo elaboro una lista de cosas que me gustaría o debo realizar durante ese día y las hago cuando yo quiera, siempre tachando las que he terminado. Sirve como guía para obtener lo que deseo sin esclavizarme a rutinas estresantes.

            No sólo es cuestión psicológica, sino también se puede configurar una serie de eventos a través de un ritual espiritual, manipulando fuerzas externas, aunque los más efectivos suelen ser los que aplican el poder divino personal. Aunque no son obligatorios (y a veces ni necesarios cuando uno tiene un grado de espiritualidad elevado o cuando maneja estas fuerzas a la perfección), objetos como velas, inciensos, amuletos, figurillas, cierto atuendo y demás, sirven para crear una atmósfera donde se libera y se impregna la energía psíquica del mago.

            Recordemos que la verdadera magia oscura no requiere violencia hacia ningún ser, así que no se ha de encontrar actitudes enfermizas en sus rituales. La orden mágica Dragon Rouge enfatiza en esta idea de respeto.

            Como conclusión, el ritual de iniciación puede ser construido por uno mismo, de tal forma que se considere un momento especial para el individuo. Por ejemplo; hacer un pacto contigo mismo y conjurar tu fuerza mediante los cuatro elementos representados por instrumentos en el altar o visitar algún lugar natural y solitario (con valor significativo para ti) para llenarte de energía mientras pronuncias al aire en voz alta todos aquellos objetivos espirituales que quieres lograr.